De acuerdo a los expertos en marketing la mejor publicidad que existe para ofrecer un producto es el BOCA A BOCA.
Esto exige a los empresarios en hacer sus productos muy bien de tal manera que luego que el cliente prueba el producto, lo pueda recomendar, BOCA A BOCA, a los demás. Esta estrategia se recomienda más a los empresarios que tienen restaurantes.
Si el cliente queda satisfecho y le gusta la comida entonces fácilmente se tiene la confianza que recomendará dicho restaurante a otros amigos.
Que curioso que los primeros cristianos sin haber escuchado de marketing ya habían empleado dicha estrategia.
En el capítulo 4 de Hechos, Pedro y Juan habían sido llevado ante los gobernantes del pueblo y autoridades de la iglesia para interrogarles sobre el milagro que había ocurrido a un hombre enfermo y también porque querían que dejen de enseñar de Jesús.
Pero Pedro y Juan en el versículo 20 responden:
...no podemos dejar de decir lo que HEMOS VISTO Y OÍDO.
Pero que respuesta tan demoledor.
Definitivamente es muy difícil que alguien calle cuando a alguien le gusta algo.
Pedro y Juan, sin haber aprendido de marketing, estaban transmitiendo, BOCA A BOCA, lo que habían visto y oído, sobre Jesús. Ellos habían sido testigos de Jesús. Nadie les había contado. Es por eso que ellos fácilmente podían enseñar.
Hoy en día para aplicar la estrategia del BOCA A BOCA, también nos vamos a tener que exigir.
Nuestro producto es el alimento espiritual. Y tiene que ser preparado en mucha oración.
Si queremos que la gente consumo la palabra de Dios, primero debemos consumirlo nosotros y luego recomendarlo.
La pregunta del millón:
¿Cada día quedamos satisfechos con la palabra de Dios como para poder compartirlo con los demás?
¿Que tan satisfechos estamos como cristianos?
Les dejo esta frase:
Si lo que hacemos no es importante para nosotros, tampoco podrá ser importante para los demás.
Si en quien creemos DIOS no es importante para nosotros, tampoco será importante para los demás.