En cierta ocasión Jesús fue invitado por un fariseo (una persona que menospreciaba a Jesús) a su casa para comer.
De pronto – mientras estaban sentados – entró una mujer y se postró a los pies de Jesús y comenzó a lavar sus pies con las lágrimas y secar con los cabellos, luego los empezó a besarlos y finalmente derramó perfume sobre sus pies.
El fariseo cuando vio lo que hacía dijo:
- Si [Jesús] fuera profeta sabría que esa mujer es pecadora.
Luego Jesús le contó una historia sobre el perdón y dijo:
- A quien poco se le perdona, poco ama; y a quien mucho se le perdona, mucho ama.
Y finalmente Jesús hizo una comparación:
- Cuando entré a tu casa no me diste agua, para mis pies, pero ella los lavó con sus lágrimas; no me besaste la cabeza, pero ella besó mis pies; no me diste aceite para la cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies.
Tres palabras claves que ingresan en la historia: Lágrimas, besos y perfume.
Si bien los tres tienen un significado histórico pero en esta ocasión quiero dar la interpretación según lo que he visto y oído o experimentado.
Alguna vez alguien me preguntó:
Porqué te despiertas muy temprano.
Mi respuesta más lógica es: Es que duermo temprano.
Pero para que mi respuesta no suena lógico – aunque ciertamente también duermo temprano – quiero compartir cómo empezó y le voy a relacionar con las tres palabras claves de la historia.
Lágrimas: La imagen
Todo empezó por una necesidad. Sufría de mucha depresión y baja autoestima por el fastidioso acné que tenía. Por ejemplo no podía comunicarme con las mujeres y eso me aterraba. Entonces me despertaba cada mañana y antes de ir a la universidad me ponía a orar, derramando muchas lágrimas y pidiendo a Dios que sanara mi rostro y me hiciera el milagro de desaparecerlo. Cada mañana – bueno no puedo decir que fueron diariamente pero si una gran mayoría – me despertaba a orar y llorar porque la depresión y la autoestima me agobiaban. Solo la oración y las lágrimas me ayudaban, hasta que…
Besos: Agradecimiento y felicidad
Fueron 3 años aproximadamente – los 3 primeros años de la universidad - que luchaba con el acné y con la baja autoestima. Sin embargo luego del cuarto año algo pasó. El milagro que tanto pedía para mi rostro, no sucedió, pero me di cuenta que Dios hizo el milagro de sanar mi corazón. El miedo por conversar con las mujeres desapareció y la depresión y baja autoestima se esfumó. Me di cuenta que las lágrimas derramadas también habían tocado el corazón de Dios.
A partir de entonces ya no me levantaba a orar y llorar por sanidad de mi rostro, sino en agradecimiento de que ya no esté sufriendo por depresión y baja autoestima. El beso tiene muchos significados, creo que uno de ellos es la expresión de la agradecimiento y felicidad.
Muy a menudo tengo la costumbre de besar a mi madre en la frente por lo agradecido que estoy con ella de haber sacrificado su juventud para nosotros. Ya no la beso porque quiero algo de ella, sino por lo feliz que soy que esté a mi lado, por su cuidado y el sacrificio que hizo y hace por nosotros.
Lo que el orar de madrugada antes fue por una necesidad, pasó luego en agradecimiento y un deleite.
Perfume: Oler bien - Cuidado - Protección
Afirman que el perfume que había derramado la mujer sobre los pies de Jesús representaba el sueldo acumulado de todo un año de trabajo. Sin duda un gran sacrificio. Para muchos seguramente sería un desperdicio y que no vale la pena. Otros quizás no serían capaz de hacerlo, es demasiado – dirían.
Quiero imaginarme que la mujer fue la misma que Jesús había defendido cuando le iban a matar a pedradas. En una forma de agradecimiento por salvarle la vida hizo lo que hizo y finalmente puso el ahorro de un año a los pies de Jesús.
Hoy en día me despierto cada mañana, a tener un tiempo con Dios agradecido por lo que Jesús hizo por mí (sanarme de la depresión y darme la vida eterna).
Algunos me dicen que cómo puedo desperdiciar mi tiempo si puedo dormir hasta más tarde; otros se sorprenden y me dicen: Vaya, es demasiado que no creo que pueda hacerlo.
Sin duda cada uno tendrá su propia historia con Dios. Dios, a medida que vamos relacionándonos con él va a exigir cosas.
En la historia vemos que Jesús comparó al fariseo con la mujer. Sigilosamente le dijo al fariseo.
Tú no me atendiste bien, ella en cambio sí lo hizo.
No me diste agua, besos ni aceite, en cambio ella sí lo hizo.
Por sus acciones, ella me ama más que tú.
Me has invitado a tu casa pero no me estás atendido bien.
De la historia podemos aprender que podemos invitarle a Jesús entrar a nuestra cosa o vida, pero no debemos olvidar en atenderle.
De la atención que le damos y por nuestras acciones, podemos saber si le amamos poco o mucho.
La mujer lavó los pies, queriendo que Jesús se vea bien.
La mujer beso los pies, en señal de agradecimiento, felicidad y amor.
La mujer echó el perfume, en señal de cuidado, protección y que huela bien.
Debemos preocuparnos cada día que, a través de nuestra vida, Jesús se vea bien ante los demás; que nuestras acciones demuestren nuestro amor y agradecimiento a Jesús y procurar que nuestra vida huela bien, huela a hijos de Dios. Por nuestras acciones demuestran si amamos mucho o poco a Jesús.
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