#083 Ahora puedo morir en Paz

En cierta ocasión José y María llevaron a Jesús -siendo muy pequeño - al templo para presentarlo y [en el templo] se encontraron con un hombre llamado Simeón.

Éste hombre había recibido la PROMESA, de parte de Dios, de que no iba a morir sin antes ver a Jesucristo. Él era un hombre justo, devoto y esperaba con mucha ESPERANZA el cumplimiento de la promesa. 

La biblia no nos dice cuánto tiempo espero, pero no creo que hayan sido pocos años.

Una mañana, como cualquiera, va al templo y se encuentra con Jesús y sus padres; y al verlos, toma en sus brazos a Jesús y dice:  

Ahora puedo morir en paz, porque mis ojos han visto al salvador. 

[Lucas 2:29-30]

Simeón luego de ver a Jesús pensó que ya no necesitaba más que hacer en esta vida y que ahora si puede morirse en Paz. Quizás solo esperaba ver la última promesa hecha por Dios para morirse, y esa mañana logró verlo.

Al señalar que Simeón era un hombre justo y devoto habla de su constancia, su permanencia y su amor a Dios. Que nada le hizo desistir y declinar en su vida hasta ver el cumplimiento de la promesa, aún a pesar que la promesa demoró.

¿Tenemos alguna promesa de parte de Dios que aún no hemos visto cumplirse?

Entonces no hay que desmayar, sino que debemos persistir y esperar con ESPERANZA que lo veremos. Que también podamos tener una vida justa y devota, como Siméon, hasta ver la promesa cumplida.

Y si aún no tienes una promesa de parte de Dios, entonces te animo poder ir a la biblia y en ella hay muchas promesas que solo están esperando por ti para que las encuentres.

Pienso que morir, luego de ver que las promesas de Dios se cumplan en nuestra vida, es lo que debemos anhelar y no debemos desmayar, desanimarnos o retroceder, porque en su tiempo se cumplirá. 

Que Dios nos ayude a poder decir, como Simeón, algún día: 

Ahora puedo morir en Paz. 

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#082 Cristianos olímpicos

La característica principal de los juegos olímpicos es la velocidad. El deportista mas rápido en llegar a la meta tendrá el derecho de llevarse la medalla de oro o de plata. Básicamente corren por el oro y la plata.
Este deporte me ha llevado a pensar que a la vida cristiana existen los llamados cristianos olímpicos. Es decir corren y están en la vida cristiana solo por el oro y la plata.

Según las estadísticas bíblicas de cada 10 personas que reciben una bendición de Dios o un milagro, solo uno regresa para agradecerle y permanece.
¿Donde encontramos esa estadística?
En el libro de Lucas 17: 11 - 19, nos muestra que hay diez leprosos que son sanados por Jesús, pero solo uno regresa para agradecer. Y Jesús se pregunta: ¿No eran diez que fueron sanados? ¿Donde están los otros 9?

Por lo general las personas llegamos a ser cristianos por una necesidad. Cuando estamos enfermos, cuando nos encontrábamos solos, deprimidos, tristes, con problemas económicos, problemas conyugales, etc.
Aparentemente es un denominador común: Buscar a Dios solo cuando necesitamos algo.

Pero el problema no es eso, sino el problema es cuando luego de obtener lo que queremos ni siquiera agradecemos por ello y nos olvidamos de Dios. Luego que nuestros problemas son solucionados ya no leemos la biblia, ya no oramos, ya no nos congregamos, ya no participamos en las actividades de la iglesia y  nos convertimos en cristianos olímpicos, es decir que solo queremos ganar el oro y la plata y ya no más. Cuando deberíamos procurar que nuestra vida sea de constante agradecimiento por lo que Dios hizo en nuestra vida, sin embargo no es así. En otras palabras solo buscamos a Dios por el oro y la plata. Queremos solo sus bendiciones y no asumir las responsabilidades.

No seas un cristiano olímpico.  No seas mas del montón.
Te animo a ser como muchos buenos cristianos que hay en la sociedad, y si no te haz encontrado con uno de ellos, entonces sé el primero.

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Reflexión Musical: Nadie Te Ama Como Yo

En ocasiones cuando estamos pasando por una crisis o problemas en nuestra vida pensamos que quizás DIOS nos está castigando, nos ha dejado de amar y nos ha dejado solos.

Si te encuentras enfrentando una enfermedad, una crisis económica, el rechazo de tus seres queridos o te encuentras pasando la etapa de la soledad, la depresión y que te está llevando al extremo de dudar de Dios; debo decirte que a veces Dios PERMITE que pasemos por esos momentos solo con el propósito de conocerle más, llegar a depender únicamente de él en nuestra vida o probar si verdaderamente le amamos.

A veces cuando todo es felicidad y nos va bien llegamos al extremo de dejar de conocerle más(leyendo su palabra), de hablar con él (orando) y sólo cuando las cosas se ponen mal recién acudimos a él.

Pero nuestro Dios, como buen padre, a pesar que nosotros nos alejamos, no nos rechaza. Sea cual sea nuestra falta, él está dispuesto a perdonarnos y se alegra cuando venimos a él, le pedimos perdón, le buscamos y empezamos de nuevo.
Él nos ama tanto que su respuesta siempre será: NADIE TE AMA COMO YO.

Te regalo esta canción:

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