Una de las frases que es común oír, en la gran mayoría, de parte de las mujeres que les fue mal en una relación es:
Todos los hombres son iguales.
Las redes sociales pululan cientos de indirectas que van en ese sentido.
Sin duda los varones también han hecho mérito para ello.
Pero algo que debemos aprender, desde temprana edad, es escuchar los consejos.
Si a un niño se le prohíbe que no coma mucho dulce porque se puede quedar sin diente, pero él no escucha, tarde o temprano se quedará sin diente.
Uno no le dice por malo, sino para evitar que cuando sea adulto no se quede sin diente y pueda seguir comiendo con normalidad.
De la misma forma es en los asuntos sentimentales.
El apóstol Pablo recomienda que cuando vamos a entrar en una relación hay que procurar hacerlo con alguien que tiene nuestro propio estilo de vida y nuestra misma fe.
En 2 Corintios 6:14
No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?
Así que si antes de iniciar una relación con alguien es mejor que primero le digas:
Sabes amig@:
MI DIOS ES UN DIOS CELOSO
Y disculpa que te lo diga, pero si no te interesa CONOCER A DIOS, AGRADAR A DIOS Y TRABAJAR para DIOS, entonces NO ME INTERESAS.
Empieza bien, escuchando los consejos y te aseguro que así evitarás decir que:
Todos son iguales...
Y así nos quedaremos con los dientes que Dios nos dio hasta que morimos. 😉
