3 sept 2016

#065 ¿La felicidad No Tiene Precio?



Según unos estudios del año 2014, en una gran cantidad de países los trabajadores felices no son la regla, sino la excepción. 
En el Perú unos estudios informaron que el 45% de los trabajadores no son felices en su trabajo. 
Esta información es muy importante, principalmente a los empleadores ya que ellos saben que un trabajador feliz es más eficiente y que les garantizaría que los trabajos se cumplan muy bien. 
La preocupación de que los trabajadores no sean felices es porque ellos saben que un trabajador infeliz tiene más probabilidad de que no sea LEAL y que prontamente se puede "vender" a un mejor postor y abandonar la empresa.

La pregunta para nosotros sería: 
¿Estamos siendo cristianos felices?

Desde el momento que somos cristianos significa, en algún sentido, que hemos sido contratados para Dios y tenemos ciertas "obligaciones" que debemos cumplir. 

¿Cómo estamos cumpliendo con nuestras obligaciones o con los mandamientos de Dios? 
¿Los cumplimos de buena gana, con mucha alegría o se ha vuelto algo aburrido y un FASTIDIO ?.

¿Que tan efectivos estamos siendo como cristianos? 
La consagración a Dios, la santidad se ha vuelto un deseo constante o es que ya paso de moda. 
Cómo están siendo nuestros hábitos diarios. 
Cuando elegimos hacer algo tenemos presente si lo que hacemos es (1) pecado o no, (2) edifica o no edifica, y si (3) glorifica o no glorifica a Dios. 

Un cristiano feliz siempre procurará en lo que hace que Dios sea glorificado. 
Es nuestro propósito en la tierra. 

Ser cristianos felices es tan necesario hoy en día ya que de ello depende que otras personas puedan encontrar la salvación. 
El salmista David decía: 
Vuélveme el GOZO DE LA SALVACIÓN... entonces enseñare a los transgresores tu camino. 

Según la encuesta los empleadores entre sus métodos para hacer felices a sus trabajadores esta hacerles un mayor pago. 

Es lamentable que muchas veces también ese sea una condición que le ponemos a Dios para ser cristianos felices y comprometidos.
Que si aprobamos un curso, que si ingresamos a la universidad, que si un familiar se sane, que si nos da un trabajo, que si encontramos pareja, y muchos otros que si de bendiciones recibimos recién vamos a estar felices y hacer un mejor trabajo. 

No esperemos una bendición para ser cristianos felices y trabajar bien. 
Sintámonos gozos por la salvación que Dios nos dió y en agradecimiento de ello seamos cristianos felices. 

Dicen que la felicidad no tiene precio, pero el mío sí, el precio de la sangre de Jesucristo.

Si la felicidad de ser cristiano no lo estamos experimentando, hagamos la oración como David del salmo 51.