En la vida muchas veces vamos a caer, volver a cero y con una sola razón: Entender mejor nuestras raíces.
Lo "bueno" de las caídas es que nos obliga a empezar de nuevo.
Pienso que pensar que nunca vamos a caer, es un Pecado.
Y en nuestra relación con Dios, caer o pecar, nos obliga a entender cuánto necesitamos depender de Dios. En sus fuerzas y no en las nuestras.
Que por más que pensamos y digamos, como Pedro, que no le vamos a negar o fallar, al otro día nos encontraremos negándole y fallándole, no una vez, sino hasta por tres veces.
Pero a pesar de todo debemos entender que Dios está dispuesto a perdonarnos y puede volver a confiar en nosotros si tan sólo estamos dispuestos a arrepentirnos.
Simplemente porque que el AMOR DE DIOS NO ES DE ESTE MUNDO.
Para quienes están pasando por un momento en que piensan que le han fallado tanto a Dios y que quizás Dios no quiere perdonarles, les regalo esta hermosa canción.
Esta reflexión surge en el ámbito laboral.
Cuando alguien me había preguntado:
¿Ahora qué viene después de la Gerencia Municipal?
Pues volver a cero, le dije.
Quizás un desempleado más. Sólo Dios lo sabe.