El hombre camina entre las tumbas en silencio y encorvado.
Vive los últimos años de su vida.
Se nota cansado, pero hace un esfuerzo y se inclina sobre las tumbas.
Detrás del anciano sus familiares le observan con respeto.
El viejo observa una tumba. No es cualquier tumba. Es la tumba de quien le devolvió la vida.
Un teniente y todo un pelotón hace años atrás perdieron la vida con el fin de salvarle.
La tumba que miraba el viejo era del teniente quien dirigió al pelotón y sólo al mirarlo recordó lo que le había dicho minutos antes de morir.
El teniente le dijo:
“Espero que te merezcas este sacrificio, por lo menos vive una vida digna, que valga la pena”.
Si bien había pasado muchos años de ese rescate, pero el soldado, que ahora es casi un anciano, quiere saber si saldó su deuda con el teniente.
Mira la tumba y le hace una pregunta a su anciana esposa, que está detrás de él:
Necesito saber algo, dice el viejo, dime si viví una buena vida. Si fui digno de tanto sacrificio. Si valió la pena que me rescataran. DIME SI VALIÓ LA PENA, insiste entre lágrimas.
Levantarnos cada mañana y ser conscientes que Jesús murió por nosotros nos debe inspirar para poder vivir una vida digna, buena y que valga la pena.
Nuestra vida diaria y las actitudes que tenemos cada día demostrarán si valoramos o no el PRECIO DE LA SANGRE derramada en la cruz.
Aquí una hermosa canción que nos permitirá recordar que alguien murió por nosotros, que no escatimo su propia sangre y que ahora sólo nos corresponde caminar con él cada día.
Título: De tal manera me amo
Autor: Abel Zabala y Jesús Adrian Romero
