19 abr 2019

#116 ¿De dónde vienes y a dónde vas?



Alicia se había perdido en el bosque y de pronto se encuentra con un gato a quien le pregunta:

- Hola señor gato, deseo saber qué camino debo seguir.
- El gato le responde. Dependerá a dónde quieres ir.
Ella le responde:
- Eso no importa, solo quiero salir de aquí.
Y el gato le contesta:
- Entonces si no sabes a dónde vas, no importa el camino que escojas. 

La importancia de saber a dónde vamos, luego que morimos, va a determinar el modo de conducirnos en nuestra vida.*

Y uno de los retos que tenemos, en el camino, es matar nuestro orgullo.
En Santiago 4:6 dice:
Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.

El orgullo es tan peligroso y fue el causante que un ángel se revele contra Dios.  Es por eso que Dios va a querer que no exista orgullo en nuestra vida.

El orgullo es el aliado perfecto de la desobediencia. Y Dios va a querer que matemos el orgullo para poder ser obedientes con él.

Muchas veces por orgullosos no aceptamos perder, queremos vernos bien ante los demás, no queremos hacer aquello que nos ridiculice o nos haga ver menos, queremos cobrar venganza por el daño que nos hicieron y hasta llegamos al extremo de matarnos, cuando no queremos soportar un dolor.

Pero Dios va a querer que matemos el orgullo antes que el orgullo termine matándonos y alejándonos de él.

Y para matar el orgullo es muy importante tener un alta estima de quiénes somos y estar convencidos de dónde venimos y a dónde vamos luego que vamos a morir.

_Jesús es nuestro gran ejemplo. Supo quién es (el hijo de Dios), de dónde venía (del reino de Dios) y a dónde iba a ir luego que iba a morir (al reino de Dios)._
Por ese motivo no le importó el proceso:
No le importó nacer entre animales y crecer en la pobreza.
Pudiendo estar con los reyes, prefirió estar entre pecadores y pobres, para ayudarles. Se puso a lavar los pies de los discípulos y no reaccionó mal luego que fue traicionado y abandonado.

_Con un chasquido de dedos pudo evitar no ser insultado, humillado, golpeado y asesinado, pero fue hasta la cruz sin quejas ni reclamos._

1 Pedro 2:23 define claramente lo que pudo ser su actitud durante todo el camino en su vida.

Y quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia.

¿Cómo identificamos el orgullo en nuestra vida?
Aquello que Dios nos pide que hagamos pero por miedo a no quedarnos solos, a sentirnos humillados o avergonzados ante los demás, no lo queremos hacer.
De manera práctica es aquello que nos lleva a decir: Yo ni loco, para hacer eso.

Buenos días con todos y cada día llevemos nuestro orgullo a la cruz, antes que nos aleje del paraíso [de la presencia de Dios].