¿Recuerdas alguna vez, un día como hoy por ejemplo, que te despertabas pensando en como vestirte para ir a la escuela dominical, qué hacer en la clase de los adolescentes, que deberías llegar puntual al culto o hasta pensabas en dar un especial en la iglesia?
Si recuerdas muy bien estas actividades entonces te invito a que puedas leer más sobre esto aquí.
El año 2014 salió una información sobre la huida de varios enfermos contagiados de ébola en un hospital de Liberia, en áfrica occidental. El motivo de su huida fue porque se enteraron que un grupo de personas saquearon la clínica donde se encontraban aisladas. Francamente es un buen motivo: "Si no hay medicinas, entonces que hacemos aquí, habrán dicho".
Este hecho me hizo pensar y reflexionar en todas aquellas personas que alguna vez fueron cristianos. Fueron cristianas en el sentido de que alguna vez, quizás en la niñez, adolescencia o juventud estudiaban la biblia, oraban, tenían una iglesia donde participar y se encontraban liderando, sin embargo hoy en día no queda ni una pisca de ese deseo.
Mi pregunta es:
¿De qué se enteraron todos ellos, para dejar de orar, leer la biblia y/o dejar la iglesia?
¿Qué noticia les dieron para que abandonen el único lugar que les puede mantener con vida?
¿Qué fue aquello que saben o sabes y que (te) les llevo a abandonar el servicio a Dios?
¿Cuándo dejaron o dejaste de amar la casa de comunión de Dios?
¿Cómo es que el deleite de servir a Dios se convirtió en fastidio?
¿Quién ha distraído tu atención y estorbado tu amistad con Dios?
¿Qué ventana ha seducido tus sentidos?
¿Qué ha tomado más importancia que el encuentro con Dios?
¿Cuál es el fuego extraño que pudo más que el calor de la presencia del Padre?
Los enfermos de ébola, aún sabiendo que morirían, abandonaron las clínicas en busca de ayuda con el único propósito de seguir con vidas. Simplemente corrieron por sus vidas.
Que contradictorio con el caso de muchos cristianos. En vez de permanecer en aquel que les puede mantener con vida y dar la vida eterna, muchos abandonan la carrera y se alejan de Dios.
Tal vez alguien puede decir que me fui de la iglesia porque no soportaba a la gente hipócrita.
Pero estimado amig@ la iglesia no es un lugar de santos. La iglesia es un hospital de pecadores en donde todos vamos a rehabilitarnos y recibir el tratamiento espiritual.
Pero estimado amig@ la iglesia no es un lugar de santos. La iglesia es un hospital de pecadores en donde todos vamos a rehabilitarnos y recibir el tratamiento espiritual.
Trabajo + Negocio + Amigos + Diversión + Viajes + Familia + Hijos.
Lastimosamente en la ecuación de sus vidas ya Dios sale sobrando.
Para los que aún estamos perseverando en Dios (sé que eres uno de ellos ) debemos saber que los cristianos estamos en guerra permanente. La guerra no es con carne o sangre. La guerra es espiritual. Luchamos con nuestros deseos y pasiones. Cada día tenemos que luchar. No hay día que no dejemos de hacerlo y la consigna es VENCER. No hay vencidos en el reino de Dios.
Dice la palabra de Dios: Que el reino de Dios no es para COBARDES. Y en cambio hay muchas promesas para EL QUE VENCIERE. (Apocalipsis 2,3)
También hay que saber que si caemos y retrocedemos, nunca es tarde para volver a empezar y solo hay que recordar que EL ABRAZO DEL PADRE está listo para recibirnos y él está listo para decirnos:
"Bienvenido Hijo Mio, Te Estuve Esperando"
Que alegría para Dios cuando ve a un Soldado Regresar al campo de Batalla y
Que terrible debe ser para Satanás cuando ve a un hijo de Dios darle la espalda.
Me encanta unas declaraciones de se hizo en una hermosa película que lleva el título de este post interpretada por Mel Gibson: Fuimos Soldados y que debería ser una declaración de todo cristiano:
¡¡¡ Muertos o vivos, todos volveremos a casa (el cielo) y que Dios nos ayude !!!