Hay pocos actores, poetas, deportistas, escritores, actores, etc. que han muerto haciendo lo que más les gusta.
Steve Irmin, un ecologista australiano y una celebridad televisiva, es uno de esos hombres que han muerto mientras hacía lo que le gustaba. (Murió en el fondo del mar mientras hacia un documental).
El gran error que cometemos muchos es que crecemos persiguiendo una pasión pero terminamos nuestra vida conformándonos con un salario; y al final de nuestros días la pasión que teníamos solo se queda en gratos recuerdos.
En definitiva no todos los hombres van a morir haciendo lo que más les gusta o lo que más aman.
Pero también lo cierto es que todo aquél que se llame CRISTIANO, debe llegar hasta sus últimos días siendo un APASIONADO POR CRISTO.
El apasionado es alguien que tiene pasión.
Nuestro señor Jesucristo vivió su vida con pasión, a tal grado que sus últimos días de vida se conoce como la PASIÓN DE CRISTO. Jesús vivió toda su vida con pasión. Y como seguidores de cristo debemos vivir de igual manera.
La prioridad del Apasionado por Cristo debe ser la eternidad.
No pondrá sus prioridades en las cosas terrenales.
Estará preocupado que el cielo se llene de hombres.
Dormirá, pensará, caminará, pensando en que más hacer para que la palabra de Dios sea predicada.
No se conformarán ni descansará en que otros lo hacen.
Asumirá que la muerte o la vida espiritual de alguien depende de él. (No como salvador sino como mayordomo)
El día que un apasionado por Cristo se encuentre con su creador podrá oír la voz del padre diciendo:
¡Bien HECHO! Bien HECHO! Bien HECHO! Bien HECHO! siervo bueno y Fiel, sobre poco haz sido fiel, sobre Mucho te Pondré!, entra en el gozo de tu Señor
Mateo 25:23