El año pasado sin duda fue el año de los descubrimientos. En el ámbito político salió a la luz muchas cosas, pero también en el ámbito cristiano - evangélico.
Tanto en lo político y evangélico hay muchas cosas que se rumoreaban o se sabía en lo “oculto”, pero el año pasado, nuevamente, lo oculto salió a la luz y por todos los medios de comunicación a nivel nacional.
El caso del aposento alto ocasionó que las mareas nuevamente estén altas en el ámbito cristiano-evangélico. A decir verdad, desde hace muchos años, por los medios de comunicación algunos “pastores” son cuestionados, no tanto por el buen trabajo que hacen, sino, entre lo que más resalta, es por las propiedades y dinero que tienen.
Jesús, el hijo de Dios, en San Juan 10: 11-13 dijo que hay 2 clases de personas que dirigen o guían a las personas o a la iglesia. Los pastores y los asalariados.
Los primeros son aquellos que dan la vida por sus ovejas y los segundos son a quienes no les importa la salud de las ovejas y que cuando están en peligro [las ovejas] solo huyen.
Este año quizás muchos desean participar en una iglesia evangélica y lo peor - y no me gustaría – es que salgan desilusionados, engañados o hasta sintiéndose “robados”. Así que en el presente artículo voy a brindar tres consejos básicos para reconocer que una iglesia no tenga un “pastor” asalariado y sea una iglesia saludable.
PRIMERO:
Si vas a participar en un iglesia evangélica infórmate u observa si el pastor es alguien que se preocupa en el estado de sus ovejas, como dijo Jesús, si les visita o dispone de su tiempo cada día para hablar con ellos queriendo conocer cómo van, para animarles y para darles el alimento espiritual de manera que crezcan y no solo para saber cuánto ganan o dónde trabajan.
Hoy en día muchas personas se hacen “pastores” por el SUELDO EXTRA que podrían ganar.
Tienen un trabajo en su profesión en otras entidades o empresas y solo trabajan como “pastor” para predicar los días de culto o simplemente los fines de semana. Muchos hasta reclaman que les pagan más del sueldo mínimo (S/ 930.00) y sin llegar a trabajar hasta las 8 horas diarias y 48 horas semanales, en congregación, como establece las normas laborales.
Te garantizo que si hay pastores que trabajan hasta más de 8 horas diarias, gracias a Dios que les he conocido y conozco; y como trabajan también necesitan su pago, porque el obrero y quien trabaja es digno de un salario – como dijo el apóstol Pablo.
SEGUNDO:
Infórmate si en la iglesia se rinde cuentas de lo que ingresa y de lo que se gasta anualmente. La transparencia es imperativo en las iglesias evangélicas, porque deben ser luz y nada debe haber oculto.
TERCERO
No te quedes en aquella donde te exigen que des tu dinero, donde le dan énfasis que entregues tu diezmo y donde te “obligan” que entregues tu dinero por distintas formas, ya sea vendiéndote el pañuelo de Dios, la tierra santa, la tela de la ropa de Jesús, el agua bendita o hasta quizás los dientes de Dios.
QUÉDATE en donde TE DESAFÍAN a entregar tu TIEMPO en COMUNIÓN CON DIOS, que te animen y motiven a que tengas una relación con Dios cada día. Porque para Dios el tiempo es más importante que el dinero, y si no aprendemos a pasar tiempo con él cada día, poco importa que demos dinero.
¡Finalmente deseo que entre tus metas para este año sea acercarte más a Dios, porque Santiago 4:8 dice: acercarse a Dios y él se acercará a vosotros!
Escrito: 16 de enero del 2019
Escrito: 16 de enero del 2019