DIA 3 => EL ALTAR DE DIOS: El Lugar del Quebrantamiento
Una hermosa historia en base a San Mateo 26:36-46 y San Lucas 22:39-46
Había sido un lugar de refugio, pero esa noche su único albergue sería la oración. Sus amigos dormían, su alma temblaba y su compañera era la soledad. Su plegaria era tanto que su frente se baño de sudor sangriento.
No le asustaba el pensar en los látigos romanos que romperían su espalda. Tampoco en los golpes que desfigurarían su rostro. No le espantaba el horror de los clavos que atravesarían sus pies y manos ni mucho menos en las espinas que perforarían su frente.
Lo que le asustaba era el juicio de Dios en vez del abrazo eterno del padre. Su muerte era el rechazo mismo…
De pronto un toque en el hombre le interrumpió la pesadilla.
Lo siento mi señor, dijo el visitante.
Quién eres?, preguntó Jesús.
Me llamaste Gracia, contestó el mensajero
Te he servido tantas veces en el reino del padre, pero entiendo que no me reconozcas mi señor.
Tímidamente se acerco al oído del maestro y le dijo:
Humildemente quiero recordarte , Cordero Santo, que sólo Tú eres capaz de hacerlo. Si dices no, la humanidad no tendrá esperanzas, ninguno de ellos volverá a casa…
Entonces el rostro del maestro se iluminó con gloria. De pronto, el cordero miro lo que su alma vino a buscar: Te miró a ti junto a millares adorando al Padre por siempre…
Fue entonces cuando el Señor se puso de pie y con su mano derecha en alto exclamó:
“MAS NO MI VOLUNTAD, SINO LA TUYA”
La voz corrió tan rápido como la luz e iluminó los cielos con alabanzas y a los infiernos llenó de temor.
Los ángeles aplaudieron y es cuando en el Rostro del Padre se pintó una sonrisa y una lágrima rodó por su mejilla.