El evangelio de Lucas 11:37-39 narra lo siguiente:
Un fariseo invitó a comer a Jesús.
Y cuando [Jesús] fue a la casa, se sentó a la mesa y empezó a comer.
El fariseo se sorprendió que Jesús no se hubiese lavado antes de comer.
Y Jesús habló diciendo:
- Vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y maldad.
Pienso que la biblia tiene muchas situaciones con argumentos o capítulos abiertos para que cada uno de nosotros puede completar según la historia que Dios nos permite experimentar.
Por ejemplo, en el suceso mencionado, algunas preguntas que podría hacer son:
¿Jesús le dijo directamente al fariseo o solo respondió a lo que pensaba?
¿Quiénes más habrán estado comiendo en la mesa?
¿Porqué Jesús no se lavo las manos si en otra ocasión recomendaba que se debe hacer las cosas para no ofender a los demás?
En todas las interrogantes quiero pensar que quizás no se lavó las manos porque delante de él estaban personas que todo el tiempo comían con las manos sucias y quería solidarizarse con ellos.
Esta historia me vino a la mente cuando en un momento me tocó comer delante de personas importantes y que no eran evangélicos.
En primer lugar debo indicar que desde hace muchos años (Desde mis 20 años de edad aproximadamente) entendí la importancia de agradecer a Dios por la comida antes de comer.
He procurado compartir y practicar lo aprendido junto con mi familia y también en cualquier lugar a donde iba.
Sin embargo llegó un momento en que tenía que dejar de hacerlo por RESPETO a los presentes y porque quería que los demás conozcan a Dios por mis actos y no por mis "ritos cristianos" o mis tradiciones cristianas.
La primera ocasión fue delante de mis futuros suegros (Mayo 2019) y el otro delante de mis nuevos jefes (agosto 2019) que tenían cargos importantes.
Voy a obviar los detalles pero lo que quiero resaltar es que en esas dos ocasiones que quería orar antes de comer entonces pero no lo hice por:
1) Respeto y no por verguenza: No por verguenza - ya que el traje de la verguenza de ser cristiano me lo quité desde la adolescencia- sino por el respeto ya que ellos no estaban acostumbrados a practicarlo y quizás se podrían avergonzar o sentirse mal si yo solo lo hago y quiera resaltar mi devoción a Dios y no decir aparentemente que no soy pecador como ellos. Y es que a veces los cristianos nos sentimos tan orgullosos de ser cristianos que también llegamos al punto de menospreciar - con nuestros actos - a quienes no lo son.
2) Comprendí que debía dar a conocer a Dios mediante otro nivel. Que los demás no conozcan a Dios por lo que sé (solo conocimiento) de Dios o por mis ritos cristianos sino que conozcan a Dios y que lo amen por mis HECHOS.
En ambas ocasiones que no oré para orar me dije: De qué vale que yo ore en estos momentos y muestre - con mis ritos cristianos - que soy evangélico pero luego cuanto más me conoce mis hechos - en el trabajo y en la vida conyugal - no va de acuerdo a los principios cristianos. Que necesito dar a conocer a Dios mediante el acto de amarles y que ellos sepan que les amo de todas las formas posibles. Que mi trato hacia ellos sea de lo más sincero, ayudador, paciente, trabajador, respetuoso, cordial, perdonador y que ellos vean y que en mi historia se diga el génesis 39:3:
Y vio su amo que DIOS estaba con él y que
Dios hacia prosperar en su mano todo lo que él hacía.
Pienso que los cristianos tenemos un reto:
El reto de que los demás no solo sepan que somos cristianos por lo que leemos la biblia, por lo que oramos, por lo que vamos a la iglesia, por lo que cantamos o tocamos un instrumento en el ministerio de alabanza, sino por lo que HACEMOS. Todo eso está bien y nos va ayudar a fortalecer nuestra fe, pero cuando entramos en otro entorno y tratar con "pecadores" nuestros ACTOS o lo que HACEMOS deben hablar más que nuestros DICHOS.
Que dejemos de pensar que por el hecho de otros no van a la iglesia, no oran cuando comen, no ayunan, entonces pensemos que quizás no son verdaderos cristianos. No estoy haciendo apología de no practicar los "ritos cristianos", sino que pienso que debemos pasar a otro nivel de cristianismo. Y no tanto es otro nivel, simplemente es practicar lo que los apóstoles y los primeros creyentes lo practicaron.
Que otros conozcan a Dios por lo que decimos pero MÁS por lo que HACEMOS.
Que los HECHOS de los apóstoles también se siga viendo en nuestra vidas.